En esta bonita práctica hemos jugado a mezclar el arte plástico con el arte de la música, y de esta mezcla se han improvisado unos trabajos muy interesantes.
La idea principal es dejarse llevar por la música y dejar que ella nos evoque una emoción en concreto. Nosotros plasmaremos esta emoción en una cartulina inspirados por la música e improvisando con témperas o ceras, lo que la música nos sugiera en ese momento.
En la práctica trabajada en clase hemos trabajado con cuatro emociones: la paz, el miedo, la agresividad y la libertad. Hemos visto como para cada una de ellas había una música que acompañaba a ese sentimiento y cómo cada emoción se identificaba con unos colores en concreto.
la paz
el miedo
la agresividad
la libertad
La paz, inspirado por una música suave, me recordaba al olor de la hierba fresca, recién cortada, y el calor del sol que te da en la cara mientras estás tumbado en ella, escuchando el silencio de la naturaleza, que no es silencio, sino música de paz.
El miedo. Miedo a lo desconocido, a caer en el vacío, a sentirte atrapado, al dolor, a la soledad....a ser olvidado.
La agresividad. Sentimiento que rompe con todo, que no respeta, que es furia y rabia.
La libertad, como bien dicen Vetusta Morla: " Tan sólo seremos libres cuando no haya más que perder".
Yo me siento libre al filo de lo imposible, cuando el horizonte es inalcanzable, cuando el cuerpo no pesa, sino que flota y cuando lo único que eriza tu piel es la brisa que desde muy lejos trae el mar, estés donde estés. Cierro los ojos, extiendo los brazos y respiro...